Una de las características de la noche de Helloween es que tiene ese algo de inquietante, de no saber qué va a pasar. Ese puntito –o puntazo- de magia. Y hoy vamos a ayudar a que nuestro obsequiado aporte aun más magia a la Noche de Brujas.
Para empezar, tiene que saber cómo hacerlo, de modo que te sugerimos un libro que es poco menos que una Biblia: El arte de la magia, de T Nelson Downs, los mejores en lo que se refiere a “magia de cerca” no sólo de su época, sino casi de todos los tiempos. Tu amigo o familiar aprenderá cuanto puede saberse sobre juegos de cartas y de monedas. El precio del libro de 48,95 euros.
Como los magos de la “tele”
Y ahora vamos a poner en práctica lo aprendido. Para ello, nos hará falta una baraja. No es preciso que tenga nada en especial, pero como tampoco vamos a regalarle una de esas con el lomo verde o rosa que se usan en los bares para jugar al mus, elegiremos una elegante: el modelo se llama “Monarch”, combina en la caja el negro y el dorado y en los lomos de las cartas, francesas, la escale de grises. Por supuesto, es un naipe muy manejable y que se desliza a la perfección. 7,95 euros.
Un truco buenísimo es el que se realiza con “Fireball”. Se pueden producir bolas de fuego que salen de la mano o convertir cualquier objeto en ellas, así como transformarlas en cartas, pañuelos… obviamente, es lo que en magia se llama un “gimmick”, un objeto específico para la ilusión, y eso es lo que genera, no sólo a los ojos, sino también al alma: ilusión. El precio es de 59,95 euros.
Levitación de objetos y elevación de las ilusiones
Y vamos a terminar con un juego absolutamente maravilloso. También a través de un “gimmick”. La idea es que un cigarrillo sale levitado del paquete a los labios de ilusionista. Luego, el paquete se transforma en una caja de cerillas, de la que sale un fósforo que, levitando, se enciende y le da fuego. 64,95 euros muy bien gastados: convertiremos al agasajado en el centro de la fiesta.
Estos son sólo algunos de los muchos ejemplos que podemos regalar como agasajo mágico para la noche en la que todo es posible. Nos parecerá que hasta a las calabazas de Helloween se les abren un poco más y se les ensancha la sonrisa. Pero eso, claro, no será más que una ilusión…