Jack O’Lantern

¡Hola! Me llamo Jack O’Lantern (Santi de la Linterna, si os es más fácil). Con este nombre, no puedo ser otra cosa que el símbolo  de la fiesta de Helloween ¡Sí señor! ¡Soy la calabaza! ¿Pasa algo? ¡A que no me lo dices en la calle! (…) Perdón, perdón, perdón… Es que pasarse la noche con la cabeza vacía y una vela dentro acaba por afectar a cualquiera.

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Regalos para Helloween (II)

Con la noche de Helloween cada vez más cerca, no podemos resistirnos a seguir adelante con una serie de regalos inspirados en ella. Son muchas las ideas “terroríficas” que se nos ocurren para regalar en la celebración de la Noche de Difuntos para todas las edades y gustos. Tantas que no nos va a dar tiempo a contártelas todas antes de la fecha.

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Regalos para Helloween (I)

Ya queda muy poquito para Helloween. Si, sí: que si es una fiesta importada, que si se llama Noche de Difuntos, que si Todos los Santos, que si todos los comentarios y todas las pegas que se nos ocurran, pero cada año la celebra más gente y cada año nos importa menos de dónde proceda la celebración, siempre y cuando tengamos fiesta.

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De trece a dieciséis

Un consejo: si estás entre los trece y los dieciséis años, ya que todo el mundo piensa que eres un pintas gamberro que sólo tiene y trae problemas… dales la razón, pero sin hacer daño a nadie. O al menos házselo creer. Para ello te presentamos una serie de regalos para que cada cual piense lo que quiera pensar: tú, a lo tuyo y a tu gusto.

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La noche es…

En cuanto he escrito el título se me ha venido a la cabeza la voz de Aurora Beltrán, al frente de Tahúres Zurdos, redondeando la frase: “… de los que se aman”  con una voz poderosa y cálida a la vez, que nada tiene que envidiarle a la intérprete original (Patti Smith) del tema compuesto el Boss Springsteen.

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Regalos originales para un amigo

Hoy tenemos el día tecnológico… y original. Todo a la vez, ¡vaya mezcla! No nos vamos a dar grandes lujos para agasajar a ese amigo que está a punto de cumplir años pero sí que, para compensar, vamos a buscar algo original y que le guste a tamaño aficionado a los artilugios electrónicos.

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Quedar bien con nuestros invitados de boda (sin arruinarnos)

Hay quien afirma que una boda es un negocio y da por sentado que lo es para los novios. Pero, ¿es así? ¿De verdad les resulta rentable encontrarse con tres batidoras, seis juegos de café y un lavaplatos de marca blanca y puerta roja que no encaja en ningún hueco de la, por otra parte, amueblada cocina?

¿En serio se creen algunos invitados que con cincuenta miserables euros pagan su plato, el de su esposa y el de los dos perfectos argumentos para no tener descendencia que suponen sus nenes?

¿Para quién es el negocio? ¿Para los contrayentes, expuestos a las más crueles críticas si algo no es perfecto o para unos invitados que se irán con el estómago repleto de marisco, la cabeza nublada por el alcohol y, encima, un recuerdo de la boda?

Ya nos hemos gastado bastante

Seamos serios: nos hemos gastado un dinero considerable en que todo sea precioso y funcione como un reloj suizo de los que funcionan bien. Pero no vamos a gastarnos demasiado en el recuerdo para doscientos gorron… amigos y familiares que han tenido a bien acompañarnos en el día más ruinos… feliz de nuestra vida.

Antes, cuando se podía fumar, con unos cigarrillos y unos puros, todos contentos. Hoy por hoy toca hacer encaje de bolillos y echarle mucha imaginación si no queremos acabar con la VISA definitivamente derretida. Vamos con unas ideas:

Las mujeres y los niños, primero

Las señoras estarán encantadas de llevarse, como recuerdo del enlace, unas preciosas pashminas de colores y nuestra menguada cuenta corriente agradecerá que sólo cuesten un euro y sesenta y cinco céntimos.

Por muy mal que nos hayan caído sus monstrui… retoños (hoy tenemos el teclado rebelde. O sincero), sería bueno que también tuvieran un recuerdo de la boda que casi destrozan haciéndola la zancadilla al camarero que llevaba la tarta nupcial, de cinco pisos de nata… Angelitos. Un cucurucho de chuches para cada uno, a ver si se entretienen un ratito.

Un puro que no se fuma

Y para su papá, ya que no puede fumar, unos puros de chocolate, de modo que pueda hacer como que fuma y, con la excusa, disimular el aliento que le ha dejado el par de botellas de vino que se ha bebido, aprovechando que ofrecemos autobús gratis a los invitados.

Pero la venganza. La más dulce de las venganzas vendrá cuando papis, mamis, abuelos y, sobre todo, abuelas se encuentren con que les devolvemos el favor…

El ajuar, pero al revés

Llevan años preparando el ajuar para sus nietas. Tanto que no sabemos dónde esconder sábanas, colchas y ropajes amarillentos, si no apolillados. De hecho: hemos reservado un armario en exclusiva para ellos.

Pues bien: veamos qué cara se les queda cuando, con una sonrisa, les demos lo que aparenta un perrito de peluche, diciendo: “Toma para el ajuar” y, al desplegarlo, vean que es  una linda y original toalla (que nos ha costado sólo 1,59€).

Son muchos los posibles agasajados y muchos también los regalos que tenemos en nuestro almacén, de modo que, advertido queda, esto no acaba aquí

Regalos personalizados

¡Ya basta de regalos en serie! Que si una camisa, que si una corbata, una cartera… ¡No más regalos marcados sólo por la moda!: el muñeco de turno, el nuevo Smartphone o las zapatillas que anuncia no sé qué deportista. Convirtamos el regalo en algo verdaderamente personal, algo elegante, funcional y económico.

Para ello, uno de los métodos más directos es el que consiste en personalizar los regalos: pocas cosas hacen más ilusión que recibir, por ejemplo, una camiseta con un mensaje que sólo entienden por completo quien le da y quien la recibe, o una taza de desayuno única, con el propio nombre o una imagen especial.

regalos personalizados

Las ideas, algunas de las cuales veremos un poco más adelante, son muchas. Las formas de realizarlas pueden dividirse en dos grandes grupos: quien elabora íntegramente el regalo por sí mismo y quien lo hace encargando la parte técnica a profesionales.

Manitas y manazas

Dentro del primer grupo, podemos incluir a aquéllos que, pincel en mano, toman una camiseta, una taza, un lienzo, un plato o cualquier otra superficie susceptible de pintarse y la llenan con dibujos, nombres… Manitas afortunadas.

Los segundos, grupo en el que se encuentra el común de los mortales, son los que tienen la idea y buscan la forma de plasmarla, con palabras o con el socorrido Photoshop para que otros elaboren el producto final. Esos “otros” suelen ser empresas dedicadas a personalizar objetos, dentro de los que se hallan los que tomaremos por ejemplo:

Por poco dinero y con mucha ilusión

Por muy poquito dinero, y para los nostálgicos, podemos regalar un objeto que vuelve a estar de moda: las chapas, sólo que esta vez serán personalizadas. La imagen y las palabras que figuren en ellas dependen de la persona que vaya a recibir la insignia. Como ya hemos hablado de nostalgia, sería estupendo que a un adicto a las serie, ochentero empedernido la regalásemos, por ejemplo, una con el logo de “V”…

Otra posibilidad, cuyo límite es, además, la imaginación, es la que constituyen las camisetas. De una prenda lisa podemos elaborar el más personal y bonito de los regalos: nombres, imágenes, fechas, frases ingeniosas o románticas…

Y para terminar, una estupenda idea: tomemos una cubertería, cristalería o vajilla y localicemos el escudo heráldico que corresponde a nuestro agasajado. Son muchas las tiendas, virtuales o no, que por un precio módico pueden imprimir o grabar la imagen, dando en un regalo elegante, a la par que útil.

¡Qué difícil es regalarle algo a un niño!

Cuando se trata de darle una alegría al pequeño de la casa casi siempre tenemos un problema. Sobre todo si no es el pequeño de nuestra casa. Queremos que al chico le haga ilusión y, a la vez, le guste a los padres, por no decir que el chico puede convertirse en el ejecutor de nuestra buena relación con sus papis.

La ejecución tendrá lugar en cuanto desprecie el esfuerzo que hemos hecho por buscarle algo original, bonito y adecuado a su edad. Las palabras mágicas son: “No me utta”. Tres palabras pronunciadas con lengua de trapo que suelen provocar el sonrojo de los, hasta el momento, orgullosos papás, seguidas de palabras de disculpa, a la vez que instan al pequeño destructor de amistades a que dé las gracias.

regalos infantiles

De mal en peor

Pero el mal ya está hecho. En cuanto nos marchemos, sabemos que los padres retirarán el juguete de la vista del infante y que sólo lo sacarán cuando vayamos de visita. “Pero mira cómo lo cuida, si aún lo tiene nuevo… Es sujuguete favorito”, proclamarán los muy hipócritas y ya casi examigos.

Por su parte, los padres del monstruito comentarán, apenas sepan que no los oímos, el mal gusto que tenemos para los regalos y repasarán uno a uno todos los que les hayamos ofrecido a lo largo de tantos años de amistad: que éste de baratillo, que si aquél de una horterez supina…

Condenado mocoso… “No me utta”·

Prevengamos

Para evitar tan desagradable (vale: y muy exagerada) situación, al igual que con los adultos, hemos de conocer al pequeño, sólo que en este caso a través de las palabras de sus padres. Que escuchemos a los orgullosos y babeantes culpables de a criatura cuando hablen de ella, vamos.

Una vez que sabemos cómo es –sería ridículo regalarle un DVD con las aventuras de Heidi a un muchacho que no es capaz de estarse quieto ni cuando le dan el biberón-, pensemos también en cómo agradar a sus padres. En este aspecto, los juguetes de muchos colores, educativos y de apariencia rara suelen funcionar muy bien.

No queremos correr riesgos

Y vamos a terminar este artículo sin hacer una sola recomendación concreta. Porque cada niño tiene sus gustos, porque sus padres tendrán sus criterios sobre qué es bueno y qué no para el retoño y porque no soportaríamos que por nuestra culpa tuvieras que oír proveniente de una enfurruñada lengua de trapo: “No me utta”.

Un regalo que nos hará crecer

Determinados regalos tienen un valor mucho más allá del económico. Es más: ese valor inmaterial no se queda sólo en lo afectivo, sino que dejan aquello que alguien definió como “el poso que queda tras olvidar todo cuanto nos han enseñado”. No recuerdo a quien pertenece la frase, ni creo que valga la pena buscar el dato. Sólo diré que es una de las definiciones de cultura.

La propuesta es regalar algo que amplíe los conocimientos y, sobre todo, los horizontes del agasajado. Las formas que puede adaptar la cultura son muchas, por lo tanto son muchos los regalos relacionados con ella para todos los gustos y bolsillos. Echemos un vistazo a unos cuantos ejemplos:

libro y rosa

El primero de los regalos, un tanto “de andar por casa”, de acuerdo, pero por eso mismo perfecto para regalar cualquier día puede muy ser una entrada de cine. O, ya que hablamos de entradas, ¿por qué no irnos al teatro? No es barato, pero es cuestión de elegir: ¿nos tomamos tres copas o nos pagamos una localidad?

Quien tiene un buen libro nunca está solo

Otra posibilidad, esta más material, más tangible que un par de horas disfrutando de una historia: un libro. Se dice, y es cierto que nadie está solo si tiene un buen libro. En este caso, como en el de cualquier regalo que provoca pensamientos, sensaciones y sentimientos, es importante conocer a quien va a recibir el libro.

Cumplida esta condición, sabremos si regalar poesía, novela, ensayo… Pero, quizá más importante que todo ello, sabremos qué palabras usar para esa dedicatoria con la que personalizaremos el regalo, redondeando o concretando el mensaje que el libro le transmitirá a esta persona.

Abrimos algo más la cartera

Subamos un escalón en lo económico y sorprendamos a quien queramos sorprender con una excursión a algún lugar rodeado de belleza y monumentos de esos que siempre hemos visto en los libros de arte y revistas de viajes y que nunca, por el motivo que sea hemos visitado. Santiago de Compostela o Córdoba son dos buenas ideas.

Finalizamos, por falta espacio, que no de ideas con un viaje no demasiado lejano. Concretamente, nos emborracharemos de cultura en la ciudad de Florencia. Descubramos qué es por qué sucede el síndrome de Stendhal.

¿Cómo? ¿Que no sabe qué es el síndrome en cuestión ni en qué consiste? Paciencia, pronto hablaremos de la maravillosa Florencia, a la que va indisolublemente unido… Por ahora dentro del capítulo de regalos que enriquecen por dentro a quien los recibe, ponemos un punto y seguido. O, mejor, unos puntos suspensivos…

Tic, tac… La hora de ser originales

Del mismo modo que los móviles sirven para jugar, enviar mensajes, hacer fotos, grabar vídeos, navegar por Internet, orientarnos en ruta y, de vez en cuando, para llamar por teléfono, los relojes pueden ser mucho más que artilugios de dar la hora.

Dicho esto, según a quién le regalemos un reloj, nos vamos a encontrar con una gama tan amplia que lo difícil va a ser no acertar con el bueno. Pero no vamos a ocuparnos de los clásicos, ya sean de vestir, deportivos, de gama media o de lujo. Éstos, para otra ocasión.

reloj

De los que hoy vamos a tratar son de los que se cuentan entre los llamados “originales”: artilugios curiosos que, como valor añadido, dan la hora. Y como son muchos los ejemplos, reduciremos la lista a aquéllos que más nos han llamado la atención:

La envidia de 007

Comencemos por un reloj que hará las delicias de los fanáticos de las pelis de espías: con una cámara indistinguible en el número dos, podemos grabar vídeo y sacar fotografías hasta llenar los dos gigas de capacidad  luego volcarlas a nuestro ordenador vía USB. Es también por este puerto por el que podemos recargar su batería de litio.

Por lo demás, nadie diría que no es un reloj normal, del montón, lo que también dirían de la versión “sport” de este gadget, que al igual que la de vestir, posee una luz LED que nos indica que está funcionando.

Para frikis de las matemáticas

Otra idea: ¿qué tal quedaría decir “son las equis cuando menos ocho es igual a don menos equis”?, ¿o “son un octavo de noventa y seis medios”? Seguro que quien nos pregunte la hora no volverá a hacerlo. Es cierto que sería mucho más sencillo haber dicho “las diez” o “la seis”, respectivamente. Pero el reloj ecuación es así: se trata de divertirse, aprender y saber qué hora es.

Se trata de un reloj de pared de casi veintiocho centímetros de diámetro en el que los números han sido sustituidos por ecuaciones. Si el chico suspende matemáticas, regalémosle uno. Puede que no mejore en la asignatura, pero seguro que o encontrará original.

Un despertador escurridizo

Y finalizamos con la solución para los que no se despiertan porque, inconscientemente, apagan el despertador y siguen en el mundo de Morfeo: “Clocky”, un despertador con ruedas que, en cuanto empieza a sonar, sale disparado y se mueve erráticamente por toda la habitación. Para cuando lo hayamos “cazado”, ya estaremos bien despiertos. Además, suena muy parecido a R2D2 robot de la Guerra de las Galaxias. Por suerte, no le han puesto la voz del ultra irritante Jar-Jar Binks…

La música, un regalo agradecido

Pocos regalos son más personales que la música. Cada uno siente impulsado por una u otra canción, uno u otro tipo de música, de modo que hemos de conocer bien al agasajado. En algunos casos, es fácil regalar música: aunque sea por mera eliminación, es difícil que le regalemos a nuestra pareja, por San Valentín, los grandes éxitos de Sex Pistols.
Vamos a seleccionar para este artículo una serie de ocasiones  y destinatarios y a jugar a qué música les regalaríamos. Cierto es, insistimos, que hay que saber muy bien de los gustos del agasajado, de modo que cada cual, aun leyendo la sugerencia, puede darse a sí mismo una respuesta.

Conocer al agasajado

Vamos a empezar, por ejemplo por el cumpleaños de un amigo. Antes de responder con un disco en concreto, sería bueno pensar, ya que no en un artista en concreto, en la forma de ser nuestro allegado: ¿es una persona tranquila, seria? ¿Se trata más bien de un juerguista impenitente? ¿O tal vez pertenezca a una tribu urbana? Vamos a suponer que este último es el caso, que sea heavy. En este caso, sería buena idea regalarle algo clásico dentro del movimiento, “Kill ‘em all”, de Metallica, o el especial de los ocho primeros discos de Iron Maiden, recién lanzado.

Los sesenta, un recurso seguro

¿Y en el caso de papá? ¿Qué le regalamos el día diecinueve de Marzo? A ver: ¿qué época le ha tocado vivir? ¿La hippie de los sesenta? ¿Es mas mayor o más joven quienes la vivieron? Para la ocasión, supongamos vivió la época en la que más se podía parar a disfrutar de la música en los años sesenta-setenta. En este caso, sería fantástico regalarle Abba Gold, la colección de grandes éxitos de Abba. Más posibilidades: vamos con la que insinuábamos al principio de este escrito: decíamos que qué música le regalábamos a nuestra pareja en San Valentín. Para esto, el mercado y lo comercial de la fecha nos lo ponen muy fácil: unas semanas antes de la fecha suele salir al mercado algún recopilatorio del tipo “TQM”.

Música sólo para sus oídos

Claro que, si deseamos que sea un San Valentín verdaderamente especial, contratemos un músico, perdamos la vergüenza y, ramo de rosas en mano, démosle la más bonita de las serenatas a nuestra pareja. Vale: nos hemos pasado ¡Qué vergüenza! Una opción más barata e igual de personal y bonita es regalarle una canción dedicada, su favorita, presentada por un locutor  sólo para esa persona tan especial.

La Primitiva, si te toca, regalarás

Jugar a la Primitiva del jueves y el sábado es cada vez más una costumbre para muchísimas personas. Si eres uno de los aficionados a apostar a esta lotería, una de las más tradicionales que existen en nuestro país, debes saber que Ventura 24 es una página de Internet, líder en el ámbito de las loterías, que te permite hacerlo con las mejores ventajas, y total seguridad. Sigue leyendo La Primitiva, si te toca, regalarás