¡Que Helloween se instale en tu baño!

Con que quieres hacerle un regalito a tu hermana por Helloween… Vamos a echarte una mano. Invítalo a cenar en la Noche Brujas y, luego, sigue los pasos para tener tu casa preparada para un rato… movidito.

No se nos acaban los argumentos ni las ideas de regalos de Helloween. Cuando se trata se sangre y morbo, la imaginación del ser humano no conoce límites. Y nosotros, que otra cosa no seremos, pero buena gente… tampoco, nos hacemos eco de esas maldades y retorcimientos mentales.

Regalito

Como Heloween es la fiesta del terror, hemos pensado que más de uno tendrá que acercarse cuarto de baño. Je, je, jeee… ¿Hemos dicho ya que somos mala (muy mala) gente? Imagínate que tu cuñado –que como sea como el mío, vas listo- se asusta de verdad y tiene que salir corriendo al baño… Llegó el momento de la venganza por las veces que burla de ti cuando su equipo le gana al tuyo.

Motivos para ir al baño

Al hombre se le ha revuelto un poco el estómago tras haberle confirmado cómo se hace la morcilla. Y se le ha acabado de arreglar cuando le has explicado que el plato de lo que él creía que era una gelatina muy suave son, en realidad, sesos. Ha tenido que ir a… recomponerse. “No pasa nada: un poco de agua a la cara y listos”

El primer grito que has oído se corresponde con el momento en el que ha ido a echar mano del papel higiénico. Hemos puesto uno con la forma de la parte superior de un esqueleto y una calavera con un gesto que impresionaría a una bruja. Eso le pasa por entrar en el cuarto de baño con prisas.

Sustos en cadena

Para recomponerse, debe de haberse sentado en la taza, que has dejado cerrada a tal efecto. Se ve que no somos tan malos. O sí. Acaba de sonar un segundo grito. Es posible que ya medio desmayado, haya dejado caer las manos a los costados del cuerpo y… ¡Ay! Un portaescobillas con forma de cráneo y una expresión de angustia permanente. No es para menos, teniendo en cuenta su trabajo.

El hombre tendrá que reponerse dos sustos de tamaño calibre en tan poco tiempo. También hemos pensado en ello. En cuanto abre la tapa del inodoro, ves que la previsión ha sido acertada. El hombre ha salido corriendo y gritando. No es para menos. Del fondo de la taza asoma un brazo de zombi cuya mano parece dispuesta a agarrar retorcer cuanto haya a su alcance.

Ya le has hecho a tu hermana el mejor de los regalos: un argumento para hacer callar al cretino de su marido.