Reconozcámoslo, tenemos ya los 30. Es difícil, pero repitámoslo, ya tenemos los 30. Es duro hacerse la idea, pues hace dos días estábamos como locos por cumplir los 18. ¿Qué ha pasado? ¿De dónde han salido estas cartucheras? ¿Me estoy empezando a quedar calvo como mi padre?
Aunque suene tópico debes de saber que la edad no está en el carnet, sino en la alegría. Y hay gente que desde luego por fuera no se nota, pero que tienen el alma llena de plumas, porque están en plena edad del pavo.