¡Qué frío! Si es que uno sale a la calle estos días y se le congelan hasta las intenciones. Menos mal que ahora mismo estoy en casa, con un brasero (deberían canonizar a su inventor) a los pies… Y pensando qué regalos se pueden hacer para combatir los bajoceros que nos asedian.
Y el primero que se me ha venido a la cabeza es la prenda “de moda” este año: la slanket, esa manta con mangas que nos permite estar sentados o recostados sin que tengamos que sacar las manos para usar el mando a distancia, con la que podemos teclear en el ordenador sin que nos hielen los brazos.
La slanket, que te permite… poco más, la verdad. Yo tengo una y no me molesto en ponérmela, habida cuenta de que en casa procuro no acercarme demasiado al ordenador y el dueño del mando a distancia es otro. Como casi todas las primeras ideas, va a ser mejor descartarla y echarle un ojo a la Red.
Dos «puntos calientes»
Tal vez el fallo haya sido, por un lado, querer seguir la moda y, por otro, intentar calentarnos todo el cuerpo a la vez. Dicen los que saben de esto que, manteniendo calientes los pies y la cabeza, el frío no debería suponernos problema alguno. Veamos, pues, la manera de hacerlo:
Vamos a empezar por pies: Y he visto el regalo perfecto para estar en casa: se trata de unas zapatillas que se pueden calentar en el microondas (no te frotes los ojos: has leído bien). Con 90 segundos en el electrodoméstico –obviamente, en funcionamiento-, basta para tener los pies calientes un buen rato.
Además, como se calientan en el microondas, cualquier germen u hongo lo va a tener peor que muy complicado para sobrevivir. Se venden en rojo o azul y en tres tallas diferentes. Y puedes adquirirlas por unos veinte euros el par, aunque yo he llegado a verlas desde siete y medio.
No perdamos (el calor de) la cabeza
¿Y para la cabeza? Pues en este caso, vamos a optar por lo más sencillo: un gorro de lana. Y, como es un objeto así de común, la cantidad de modelos es apabullante, de modo que no vamos a recomendarte ningún diseño en concreto. Tienes desde el negro liso hasta la más desquiciada y chillona combinación de colores, pasando, incluso, por un gorro de lana con música incorporada.
Ahora es cuando echo mano de mi agenda y veo qué amigos celebran qué en invierno