No es preciso que se celebre nada especial ni dejarse el presupuesto del mes. Basta con querer hacerlo. Es suficiente con tener ganas de descubrir un lugar en compañía de alguien especial y con quien nos iríamos a éste o al fin del mundo.
Hoy por hoy, gracias a la popularización de las tarifas de los aviones, cualquiera puede subirse a uno, pasar el día de compras en cualquier rincón que desee hacerlo y volver para cenar. Pero no se trata de un viaje de un día, sino de disfrutar de una estancia, de modo que vamos a acercarnos durante tres días, con nuestra pareja a… hum… Londres, por ejemplo. Y sin dejarnos el sueldo del mes.
El plan londinense
Como es festivo, saldremos el viernes por la mañana. Y como lo teníamos previsto desde hace meses, los pasajes nos van a costar veinte euros cada uno. Una vez en la cuidad del Támesis, aposentados por sólo treinta y cinco euros, comenzaremos nuestro fin de semana romántico:
Conoceremos y disfrutaremos de sus monumentos. Conoceremos y aborreceremos su gastronomía. Conoceremos, en la medida de lo posible, a sus gentes. Y todo en la mejor de las compañías que podemos soñar.
Soñemos o vivamos
No es preciso que sea ninguna fecha especial para sorprender a alguien con un viaje así, del mismo modo que no lo es que nos cueste más allá de los doscientos euros. Aunque, claro, siempre se puede hablar de una versión más cara y lujosa, ¿por qué no? Soñemos:
Al salir del trabajo, sorprendamos a esa persona maravillosa esperándola dentro de la limusina que nos llevará al aeropuerto. De aquí, un vuelo en primera clase a las Seychelles. Llegada. Hotel de lujo con tipo de atenciones, compras y lujos en el alojamiento y en la playa. Masajes, baños y compras hasta que la Visa pida clemencia. Lujo.
Siempre hay opciones
Cierto es que esta segunda opción no está al alcance de todo el mundo, pero no es menos cierto que una ocasión como, por ejemplo, una bodas de plata lo merece y que los regalos pueden pagarse entre varias personas ¿Qué tal si nos ponemos de acuerdo entre hermanos, primos y tíos y enviamos a mamá y a papá a este viaje de ensueño, o a un crucero por las Islas Griegas, o a…?
Las opciones en ese tipo de viajes son tan variadas como lo es el planeta Tierra. Y las posibilidades, en lo económico tan distintas como la salud de unas u otras carteras.