Traigo el tema a colación porque en este trance me encuentro, debo regalar a un amigo así y… Además porque yo soy uno de ellos, y reconozco que no es fácil. Todos tenemos uno en nuestro círculo de amistades, y nada hay que le siente peor que le regales unos calcetines (“regalo de madre” por excelencia), una colonia que nunca apreciará o una americana de moda que nunca se pondrá.
En principio no es difícil, pero atención: por su propia naturaleza, un friki tiende a coleccionar, lo que hace fácil repetirse o elegir algo que no esté a la altura de colecciones a veces impresionantes. Lo bueno es que se entusiasman con poca cosa, y una pequeña variación (qué sé yo, una figura de Han Solo; ya tendrá la original, pero una con el chaleco de otro color ya es otra cosa…) le hará volverse loco.