Lo primero que hay que tener en cuenta antes de regalar un tatuaje a una persona es que esa persona quiera hacerse un tatuaje. No se trata de unos pendientes que se pueda poner un día y sacárselos al siguiente si no le gustan o de un vestido que se pueda cambiar. Un tatuaje es un regalo para toda la vida y estará en la piel de la persona para siempre.
Por ese motivo lo mejor es dejar que sea el agraciado o agraciada quién escoja el motivo del tatuaje. Quizás a nosotros nos parezca muy bonito que nuestra novia lleve una mariposa en el tobillo, pero ella puede preferir otro tipo de dibujo o tatuarse otra parte del cuerpo.