Determinados regalos tienen un valor mucho más allá del económico. Es más: ese valor inmaterial no se queda sólo en lo afectivo, sino que dejan aquello que alguien definió como “el poso que queda tras olvidar todo cuanto nos han enseñado”. No recuerdo a quien pertenece la frase, ni creo que valga la pena buscar el dato. Sólo diré que es una de las definiciones de cultura.
La propuesta es regalar algo que amplíe los conocimientos y, sobre todo, los horizontes del agasajado. Las formas que puede adaptar la cultura son muchas, por lo tanto son muchos los regalos relacionados con ella para todos los gustos y bolsillos. Echemos un vistazo a unos cuantos ejemplos:
El primero de los regalos, un tanto “de andar por casa”, de acuerdo, pero por eso mismo perfecto para regalar cualquier día puede muy ser una entrada de cine. O, ya que hablamos de entradas, ¿por qué no irnos al teatro? No es barato, pero es cuestión de elegir: ¿nos tomamos tres copas o nos pagamos una localidad?
Quien tiene un buen libro nunca está solo
Otra posibilidad, esta más material, más tangible que un par de horas disfrutando de una historia: un libro. Se dice, y es cierto que nadie está solo si tiene un buen libro. En este caso, como en el de cualquier regalo que provoca pensamientos, sensaciones y sentimientos, es importante conocer a quien va a recibir el libro.
Cumplida esta condición, sabremos si regalar poesía, novela, ensayo… Pero, quizá más importante que todo ello, sabremos qué palabras usar para esa dedicatoria con la que personalizaremos el regalo, redondeando o concretando el mensaje que el libro le transmitirá a esta persona.
Abrimos algo más la cartera
Subamos un escalón en lo económico y sorprendamos a quien queramos sorprender con una excursión a algún lugar rodeado de belleza y monumentos de esos que siempre hemos visto en los libros de arte y revistas de viajes y que nunca, por el motivo que sea hemos visitado. Santiago de Compostela o Córdoba son dos buenas ideas.
Finalizamos, por falta espacio, que no de ideas con un viaje no demasiado lejano. Concretamente, nos emborracharemos de cultura en la ciudad de Florencia. Descubramos qué es por qué sucede el síndrome de Stendhal.
¿Cómo? ¿Que no sabe qué es el síndrome en cuestión ni en qué consiste? Paciencia, pronto hablaremos de la maravillosa Florencia, a la que va indisolublemente unido… Por ahora dentro del capítulo de regalos que enriquecen por dentro a quien los recibe, ponemos un punto y seguido. O, mejor, unos puntos suspensivos…