En estos momentos, mientras escribo, me estoy metiendo entre pecho y espalda una lata de cerveza de medio litro cuyo precio ha sido de unos cincuenta céntimos de euro. Vamos, que si alguien me la regala empiezo a preguntare dónde está el regalo en serio o en qué lugar han instalado la cámara oculta.
El caso es que soy un cervecero convencido (bueno, y un vinatero, y un agüero, y un gourmet… al que todo lo que pueda proporcionarle placer en el paladar le gusta. Pero hablamos de cerveza). Y aunque me beba y me quite la sed una “Holbrand” de a euro el litro, me gusta esta bebida (néctar del Demonio, más bien) y saber más sobre ella.
Es por tal motivo por el que me he ido al extremo contrario del que ocupa la lata verde que está a la izquierda del teclado. Voy a mencionar, sin ningún orden en concreto, algunas de las cervezas más exclusivas y caras del mundo. Varias de ellas tienen una historia realmente curiosa:
De la Antártida al desierto
Empezamos por la “Nail Ale Antartic”, una cerveza fabricada con hielo importado de la Antártida. Al parecer, sólo se han elaborado treinta botellas y se han vendido en subasta a razón de 800 dólares cada una. Los expertos la consideran la cerveza más pura del mundo (signifique eso lo que signifique).
Otra Ale, en este caso la “Tutankhamun Ale”, un brebaje elaborado usando medios científicos que seguían una receta egipcia de 3.250 años de antigüedad. Se destilaron mil botellas, lo que supone una limitadísima edición, cuyo número 0001 costó 7.686 dólares y que a día de hoy se vende por 75 dólares. Mal negocio, amigo.
Brebajes capaces de hundir un barco
La siguiente cerveza lleva el impronunciable nombre de “Schorschbock 57” (¡uf!). Es un caldo que se elaboró con técnicas ancestrales y con un grado alcohólico de 57,5%. No: no es una errata: lo he comprobado y más de la mitad de esta cerveza es etilo puro. Guau. Se elaboraron nada más que 36 en edición limitada y su coste es de 275 dólares.
Otra de las cervezas que podríamos considerar “fuertecillas” es la “Sink the Bismarck” (literalmente, “Hunde el Bismark”). Bébela despacio. El tapón es de rosca para que puedas cerrarla después de un par de tragos. Y es que esta clara y cristalina agua de manantial de montaña alpina (nótese el sarcasmo) lleva una cantidad de etilo del 41%. La elabora la empresa escocesa BrewDog y la vende a 85 dólares cada envase.
Como hay que terminar en algún momento, vamos a hacerlo mencionando a “Utopias by Samuel Adams”, la cerveza más cara a la venta en Estados Unidos. Su contenido alcohólico alcanza el 27% y se envejece en barricas, en algunos casos, durante 19 años. Son sólo 150 dólares.
Me dejo en el tintero verdaderos disparates hechos cerveza, como es el caso de “Pabst Blue Ribbon 1844”, a 44 dólares; “Crown Ambassador Reserve”, a 94, 97 cada una de sus 7.000 botellas; o la “Jacobsen Vintage N º.I”, cuyas 600 botellas salen por 350 dólares los 375 mililitros. Pero es que es mejor ir parando, que uno empieza a tener ganas de cantar aquello de…