Tenemos a los Reyes Magos a punto de llegar, y un servidor que no les ha enviado la carta. Bueno, a estas alturas, más que una carta, les tendré que enviar un telegrama o un correo electrónico, porque si no la comanda no llega de broma.
Pero, ¿qué les pido a sus majestades, si soy de esas personas que tengo de to’ y no tengo de na’? Bueno, este año me voy a dar el gusto de encargarles algo de música, que la torre de CD’s se me ha quedado un tanto desangelada de tanto prestar discos. Y me apetece, además, algo nuevo, que haya salido este año.
Como en lo que se refiere a música al igual que en mis lecturas, soy omnívoro, voy a pedirles un “variado” de diferentes discos y estilos. Redacto mi carta a los Reyes mientras suena el “Requiem” de Mozart, no sé si eso va a influir en mi pedido, pero vamos allá.
En todos los idiomas y tempos
Vamos a empezar poniéndonos un poquito románticos, de la mano de Tizziano Ferro. El italiano lanzaba en Noviembre su “El amor es una cosa simple”. Bueno: no es exactamente música romántica –la interpreta ritmo de swing- lo que voy a pedir con este disco, pero la voz de este hombre pondría romántica a cualquier pareja incluso anunciando que se vende un SEAT Panda de cuarta mano. Algo también al alcance de Pablo Alborán, que sacaba por esas fechas su “Tanto”.
2012 ha sido un año de recopilatorios, y hay como media docena que no quiero perderme, entre los que se encuentran las remasterizaciones de los Beatles, o el que voy a incluir en mi carta a Melchor (mi rey favotiro): “Amaral 1998-2008”.Treinta temazos en un doble CD, con el valor añadido de que conozco a Eva Amaral personalmente y sé que es una gran persona la que canta maravillas como “Revolución”, “Cómo hablar” o “Sin ti no soy nada”.
¡Caña!
Cambio de tercio: como amante de la música, me gusta que ésta, además de provocarlos, acompañe mis estados de ánimo. Es por eso que quiero algo para cuando me apetezca bailar –o lo que yo llamo bailar, por tener un lugar común y ahorrarnos palabras-. Uno de los álbumes que más me ha gustado este año para sudar la pista es el de Juan Magán “The King of dance”, del que no voy a quedarme con una sola canción, pues todas ellas son verdaderos bombazos.
Me faltan géneros, pero los maleteros de los camellos tienen una capacidad limitado, de modo que tendré que comprarme yo mismo el directo de AC/DC o el de Coldplay, lo nuevo de Will.i.am y un par de docenas de discos más.